jueves, 22 de diciembre de 2011

¿Que son las criaturas de la noche y quienes son?


BRUJAS

Ancianas solitarias de las aldeas asturianas a las que se atribuye poderes sobrenaturales capaces de producir tanto hechos prodigiosos como desgracias. En Asturias hay diferentes tipos de brujas y, contra lo que comúnmente se piensa, no han de ser necesariamente malas, pues ello depende del tipo de magia que practiquen: La teúrgia, o magia blanca, la goecia, o magia negra y la magia natural.

La Teúrgia es la comunicación con lo divino, con los espíritus del bien (ángeles), para con ello obrar prodigios. Dentro de la teurgia se engloban la Alquimia (búsqueda de la piedra filosofal, que transmuta los metales en oro, del elixir de la inmortalidad...), la Cábala (misticismo judío), y muchas otras artes mágicas que se practicaban durante la Edad Media en laboratorios secretos del barrio de Socastiellu (Oviedo).

La Goecia es la hechicería, la comunicación con el Diablo y los espíritus malignos (demonios), que es empleada por las brujas luciferinas para causar al prójimo toda clase de males. El mal puede realizarse bien con la mirada (agüeyamientu o mal de ojo), bien con la palabra (maldición).

El agüeyamientu afecta tanto a los animales como a las personas: Las vacas afectadas de mal de güeyu (mal de ojo) en vez de dar leche dan sangre, y los niños afectados de mal de ojo enferman rápidamente, siendo inútiles los intentos de los médicos para atajar el mal.
La propiedad de agüeyar está en uno de los ojos, nunca en los dos; y esta propiedad no es innata, aparece súbitamente, y a veces también algunos hombres la poseen. Se cuenta en Caravia que estando un labrador unciendo los bueyes, después de anudar los cornales y de abrochar les melenes con les estorneyes, se puso a acariciar a uno de ellos en el hocico, y al mirarle a los ojos, el buey se cayó al suelo, después que se levantó, el labrador se dio cuenta de que podía hacer mal de ojo, y para saber con cual podía agüeyar se subió al hórreo y por uno de los taladros que sirven para la ventilación del local, miró con uno ojo al buey y éste volvió a caer. Probó a mirar con el otro ojo y no ocurría nada: Entonces el labrador, comprendiendo el daño que podía causar se sacó el ojo con un punzón.

La solución para el mal de ojo está en traer a la bruja delante del enfermo y hacerle decir ¡Dios te bendiga!, si se trata de una persona, o ¡San Antón la guarde!, en el caso de una vaca. Como no es fácil que en todos los casos vaya la bruxa a desagüeyar (quitar el mal de ojo) a los enfermos, a menudo se ha de llamar al cura para que los bendiga. Otra manera de protegerse contra el mal de ojo es utilizando talismanes como por ejemplo: El cuerno de vaca lleno de agua bendita, la herradura colocada con los cuernos hacia arriba, un plato con sal y ajos pelados que se coloca debajo de la cama, los espejos por su efecto de rebote acompañados por una vela blanca encendida, y la mano de Fátima o figa realizada en azabache y también en madera negra. El fundamento del maleficio brujeril parte del fuego y del azufre, símbolos infernales, y se combate con agua y sal, símbolos opuestos a los anteriores. Generalmente, el mal de ojo es fruto del tercer pecado capital, la envidia, por eso se debe pronunciar un contrahechizo tres veces al día, durante al menos tres días.

La otra manera de causar mal es la de la maldición, que consiste en pronunciar un determinado hechizo para invocar así a los espíritus malignos. La mayoría de estos hechizos se pueden encontrar en unos determinados libros llamados grimorios : El más usado por las brujas asturianas es el Libro de San Cipriano (más conocido como Ciprianillo), y también el famoso Picatrix, escrito en la España musulmana en el siglo X y traducido del árabe en 1256, en la conocida Escuela de Traductores de Toledo del rey Alfonso X El Sabio, y que se vio convertido en la Biblia de los brujos; o el no menos importante Aradia, que es el Evangelio de las brujas. También existen: La Gallina Negra, El Dragón Negro, La Lechuza Negra, El Libro de los Pentáculos, El Libro de los Espíritus, El Libro de las Sombras, El Libro de los Signos, El Libro de los Conjuros, El Libro de los Secretos del Infierno y El Libro de la Magia Sagrada. Los grimorios más completos son: La Espada de Moisés, Las Clavículas de Salomón, El Enchiridión del Papa León I Magno y El Gran Grimorio del Papa Honorio III (contiene las poéticas oraciones dedicadas a los cuatro Espíritus Elementales: Los Gnomos de la Tierra, Los Silfos del Aire, Las Salamandras del Fuego y Las Ondinas del Agua).
En la noche del 31 de Abril las brujas asturianas, se preparan un ungüento mágico que se untan en la ingle, y tras ello, cojen la escoba y vuelan hacia los diferentes puntos de Asturias en los que celebran reuniones llamadas aquelarres.
Las bruxas del oriente asturiano, celebran sus aquelarres en ciertos bosques de encinas, dentro del territorio de las Peñamelleras, y se transforman en culebras, murciélagos y lechuzas. Sus misas negras acaban siempre en orgías sexuales, bajo la dirección del Diañu Burllón, que representa al Macho Cabrío, al Demonio, y después de celebrar abominables misterios en aquél conventículo preparatorio, cabalgan sobre las escobas y con su jefe a la se dirigen al aquelarre de Sevilla. También la Cueva del Buxu, en Cangues d’Onís es lugar de aquelarre, pues las brujas gustan de celebrar sus ritos en antiguos lugares sagrados para los paganos.

Las bruxas del occidente asturiano, por el contrario, están más influenciadas por las gallegas, son menos promiscuas y prefieren el gobierno del diablo Astarot, gran duque de los dominios infernales. Existen dos lugares en el occidente de Asturias donde las bruxas celebran sus aquelarres: la Veiga del Palo, en Allande, y la Cueva de Sequeiros, en Cangas del Narcea. La Veiga del Palo es uno de los lugares más conocidos en Asturias, circulando entre las brujas muchísimos hechizos para poder llegar a aquél lugar. En el segundo lugar, se reunían las brujas de Asturias y León, para escarnio de los monjes que vivían en el Monasterio de Hermo. Otras bruxas, se reúnen en Galicia junto con las meigas en la playa de Os Bloques, a escasos kilómetros de Ribadeo y A Veiga d’Eo, generalmente durante la noche de San Juan o la de San Silvestre. Esta cala arenosa, contiene unas extrañas formaciones rocosas de gran tamaño, y en sus alrededores existía un antiguo templo pagano sobre un acantilado de la costa, hoy convertido en ermita católica.
Pero junto a estas brujas malignas y luciferinas existen otras brujas tradicionales, que practican la magia natural, y a las cuales se les conoce en el occidente con el nombre de adivías. A diferencia de las anteriores, las bruxas buenas no utilizan ni grimorios ni ningún otro tipo de libros de conjuros, sino que se transmiten los conocimientos oralmente, de maestra a aprendiz. No tratan con el diablo ni con ningún espíritus maligno, sino con los espíritus de la naturaleza: Su poder es tal que son capaces de portar una vela aún con vientos huracanados. Su misión consiste en preparar bebedizos amorosos, adivinar el porvenir, y practicar la necromancia, es decir, la comunicación con los espíritus de los muertos. No son maléficas, pero...más vale no enfrentarse a ninguna de ellas.

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